Al inicio de cada año siempre vienen a nosotras una serie de decisiones por tomar, desde qué agenda vas a usar, hasta tu palabra del año, tus propósitos y si quieres o no seguir por la ruta personal y profesional que has estado siguiendo.
Amamos elegir, y al mismo tiempo, nos aterra.
Porque elegir significa dejar fuera todas las otras opciones.
Pero eso, contrario a quedarnos sin algo, nos compromete más con lo que realmente deseamos en este momento.
Hoy te cuento sobre la base para tomar decisiones íntegras y te doy algunas otras ideas para que ese proceso sea cada vez mejor.
¿Qué te resuena? ¡Te leo en los comentarios!
Un beso!